¿Las Notificaciones Electrónicas son el futuro?

INTRODUCCIÓN

En esta época, considerada la nueva normalidad, tanto en lo laboral como en la vida cotidiana nos hemos ido acostumbrando a cambiar las reglas de los avances de la tecnología para la compra y venta, a la utilización de medios, como el código QR o plataformas de aplicaciones, y al home office. Herramientas de las que, como sociedad, desconfiábamos, aunque son útiles y vamos adaptando en nuestra vida contemporánea.

LA TECNOLOGÍA EN LAS DILIGENCIAS JUDICIALES

La raíz de nuestra labor es el cumplimiento de las diligencias judiciales, sean cédulas o mandamientos, que son instrumentos de medios y de ejecución de una resolución judicial que es presencial. Nuestro trabajo no se desempeña en el normal cumplimiento como en un Juzgado/Tribunal que se puede realizar a distancia.

Estoy a favor de lo tecnológico si nuestra Corte provincial acepta cualquier medio electrónico de notificación que rechazan los actores, no solo de la justicia sino de los profesionales de la matrícula que especulan o descreen de las nuevas tecnologías, y es utilizable para la conveniencia de una pronta que consideren valida.

La Corte, en diferentes resoluciones, admite la realización de las notificaciones por cualquier medio en nuestro caso, por las medidas sanitarias vigentes por el COVID-19. Esto es para que los profesionales se informen de que nuestra función es de fedatarios, que nos dan funciones públicas decretadas por acuerdo de Corte y por el mismo Código Civil y Comercial de la Nación Argentina, a la validez de las notificaciones, que deben ser respetadas y acatadas por los funcionarios y letrados actuantes.

El envío y almacenamiento de instrumentos para su diligenciamiento genera un desgaste diario, dado que la Departamental de Mar del Plata se encuentra actualmente en suspensión de términos. Nuestra labor se ve perjudicada por el cúmulo de trabajo, dado que solo se realizan diligencias de forma urgente, aunque nada se habla de la cantidad y volumen de diligencias paradas que poseemos del mes de marzo, para lo que hemos realizado un protocolo de procedimiento y de cumplimiento.

Todo lo nuevo o invasivo, sea malo o bueno, trae aparejado la retrogradación o desaparición de nuestra labor. Como representante de una Asociación Civil, no buscamos el purgue político, sino mejorar las buenas prácticas judiciales. A veces nos responden como bocina de avión, pero la mayoría de las veces queda en el tintero.

Se ha notado que los Tribunales de Trabajo han decretado por vía más sencilla las notificaciones por carta documento en los traslados de demanda. Al parecer, nadie se ha quejado de un tema más que sencillo, que es el valor del mismo. Y, seamos realistas, la suspensión de términos no disminuido el trabajo: se trabaja más ahora que en los tiempos “normales”. 

En nuestro caso, no podemos realizar teletrabajo y ello conlleva a que nuestra labor deba ser adaptada a las nuevas tecnologías, que permitan, sin cuestiones vagas o lagunas o creaciones por parte de los operadores del derecho, nuestro óptimo desempeño. Nuestros colegas profesionales del derecho nos llevan una ventaja significativa en el respeto de nuestra profesión, no solo en nuestro país, sino también en la República Dominicana, donde se encuentran los alguaciles que representa el licenciado Hipólito Girón con su reconocimiento, mediante la promulgación de la Ley de Alguaciles, como auxiliares de justicia. Y en Brasil, con la lucha de la Fenassojaf en la región a cargo de Malone Cunha, se consideran válidas las notificaciones a los notarios por el respeto a la profesión; no como en nuestro caso, que somos una vía alternativa de la carta documento.

CONCLUSIÓN

Esta época de cambios y de adaptación implica el necesario reconocimiento de nuestra labor, no solo del profesional sino de los Colegios Profesionales de Magistrados como de Abogados, y no como una vía alternativa y de opinión de los operadores de derecho, sino con la consideración de la validez de una notificación.

Nosotros somos los operadores procesales y auxiliares de la justicia y estamos para garantizar el debido proceso. Nos adaptamos a la nueva tecnología, que vino para quedarse, pero antes estamos nosotros. Por eso, nuestra función debe ser respetada como la de un magistrado o profesional.

*Acuerdo 3975/2020 de la SCBA, Resolución 10, 380 y 480/2020 y cc de la SCBA.